Reseña:
El diario de Ana Frank
(Ana Frank)

Reseña por: Pablo Gracida.

Autora: Ana Frank.

SINOPSIS: ‘El diario de Ana Frank’ es el fiel testimonio de una «desgarrante» y cruel historia de una pequeñita que está por entrar en la adolescencia. También plasma la lucha que libra una comunidad contra la despiadada persecución y el brutal racismo personalizados por los elementos de la SS y la Gestapo. Es igualmente un penetrante mensaje de esperanza de una pequeñita que, cuando apenas empieza a comprender a la humanidad, debe enfrentarse a la mayor crueldad y violencia que puede sufrir cualquier ser humano.

Mucho se ha compartido, con el paso de los años, sobre tantas teorías, estudios, investigaciones y casos, que han querido apuntar hacia el hecho que supuestamente se debe dudar bastante de la veracidad de esta historia. Que si Otto Frank –padre de Ana–, inventó y redactó estas páginas, y que nunca se han logrado verificar ciertos detalles. Hoy se duda tanto de este diario y con simples búsquedas en internet, puedes sumergirte en un mundo inmenso de información que comprueban y desmienten. Es enorme la cantidad de textos, videos y publicaciones, que existen sobre por qué sí fue real, y también sobre por qué es una gran mentira del padre de Ana.

Si bien es cierto que cada quien puede seguir los pasos de cualquier teoría, no nos vamos a enfocar en tratar de mostrar cierto lado, sino que quiero aterrizar aquí las razones por las cuales esta obra representa de forma tan específica el verdadero significado y objetivo de la literatura.

Conocemos tantas novelas históricas, ensayos y libros especializados que abordan el tema de la Segunda Guerra Mundial, y específicamente la cuestión del Holocausto. Gracias a la Literatura hemos podido conocer y adentrarnos, de una forma más novelesca, en el sentido humano que no dejaba de vivirse en los campos de concentración y en todo el peso histórico que tiene esta etapa como molde de empatía y respeto en la sociedad.

¿Por qué el personaje de Ana Frank es tan emblemático en la Literatura? A mi parecer, Ana Frank tiene –naturalmente– todo el peso de un «personaje» exquisitamente bien estructurado: una pequeña niña a punto de entrar en su adolescencia viviendo en un escenario (tiempo y espacio) que carece del sentido más humano posible para cualquier actualidad. Una niña, compartiendo su día a día en una «casa de atrás» de Holanda, escondida con su familia y otros miembros, tratando de no ser descubiertos por ser judíos. El contexto histórico es relativamente sencillo, pero no deja de encubrir una lista mágica de todo lo admirable que hay más allá.

Sucede que Ana Frank, en su cumpleaños número 13 recibe un diario como regalo por parte de su papá Otto Frank. Ella nace en Alemania, sin embargo a los pocos años su familia se muda a Holanda luego de la llegada de Hitler y por el devenir que cada vez era más claro para su religión. En 1942, en su casa en Holanda, días después del cumpleaños 13 de Ana, su hermana mayor Margot recibe una carta por parte del gobierno en donde se le pide que se presente en cierta dirección porque Hitler ya trataba de concentrar a los judíos poco a poco. Otto Frank, decide que no dejará ir a su hija porque probablemente eso significaría no volver a verla jamás. Así que se van a esconder a un Anexo –así es titulado en el libro–, que luce como un pequeño refugio detrás de las oficinas del trabajo de Otto. La entrada al Anexo, era a través de un librero en dichas oficinas.

La pequeña Ana, de 13 años, comparte en su diario todo lo que su familia de cuatro integrantes y otros cuatro miembros externos más, tienen que pasar durante su encierro en su escondite. Ella decide nombrar a su diario como Kitty, quien se convierte en una amiga imaginaria a quien le comparte sus experiencias.

Más allá de la carga del episodio histórico que esto significa, en el diario podemos leer las palabras de una niña que está entrando en su adolescencia. 13, 14 y 15 años fueron las tres edades que Ana tuvo mientras se encontraban en el Anexo. La redacción es bastante digerible, a pesar de que Ana para su edad tuviera una forma de expresión más adulta; a esto se le atribuye que ella leía mucho ahí adentro, que quería ser escritora, y hay argumentos psicológicos en donde se dice que el escenario en el que vivía seguramente sí la hicieron madurar más de prisa. Por otro lado, hay teorías que apuntan a que una niña de esa edad no podía expresarse así, por lo cual se alimenta la creencia de que fue Otto Frank quien en realidad escribió el diario.

¿Pero ocho personas viviendo en un diminuto espacio por dos años? Claro que las reacciones de cualquier ser humano se hacen presentes. Peleas, discusiones, momentos agradables, la etapa de Ana Frank al estar en rebeldía con sus padres por la edad, y hasta sus primeros descubrimientos en su vida emocional. Todo está aquí escrito, en este compendio de páginas que nos pueden regalar maravillosas lecciones.

Debo confesar que a partir de la mitad del libro, Ana Frank –en su vivencia adolescente– se enamora de un chico con el que comparte espacio en el Anexo, y de pronto toda la carga emocional se enfoca única y exclusivamente en su sentimiento por él. Por lo que resulta un poco tedioso, porque pasa de ser una lectura con conceptos históricos, a ser una redacción de una adolescente enamorada, lo cual representó –al menos para mí– un desbalance muy extraño. Pero repito, nos están sumergiendo en el diario de una adolescente, es decir, no es un texto que deba tener los elementos del hilo de una historia o una estructura narrativa que nos permita formular una crítica con base en ello.

El diario, evidentemente, no tiene un final en su historia, sólo es interrumpido y en todas las ediciones hay un epílogo agregado que nos comparte lo que ocurrió después y por qué Ana había dejado de escribir. Es correcto: su familia fue hallada y enviados a los campos de concentración.

Se deja muy claro en la lectura que Ana quería ser escritora. E incluso se llega a mencionar que tuvo conocimiento de que cuando esa etapa terminara, se iban a recopilar algunas muestras como registro histórico que comprobaran cómo los judíos habían vivido esos días. Ella, muy emocionada, decía que probablemente su diario podría ser de mucha ayuda.

A pesar de la triste historia que representa la vida de Ana Frank, hoy tenemos uno de los registros más valorados del arte escrito sobre el Holocausto, contado de viva voz por una adolescente tan carismática. Una vez más la Literatura nos demuestra que, sin importar si son historias reales o no,  el mejor paso que podemos dar como humanidad es gracias a la lectura, a la escritura y a todos los recuerdos que plasmamos para que las generaciones venideras tengan una mínima idea de cómo era el pasado. Tantos diarios se han escrito, pero ninguno como El Diario de Ana Frank.

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